Región de Aysén

Vamos al agua

¿Circulación estuarina en la Región de Aysén?

En un fiordo juegan sin parar, como si fueran grandes amigas, el agua dulce y salada. La lluvia y los ríos ayudan al agua dulce a bajar desde las montañas, hacia el océano. En su viaje por los fiordos el agua dulce flota sobre el agua salada que ingresa al fiordo con las mareas y el viento. A este juego entre las aguas, los científicos lo llaman circulación estuarina y lo aprenden a través de la Hidrografía, que estudia el movimiento de las aguas.
Durante la Marea Alta, también llamada Pleamar, la navegación es segura en zonas poco profundas. En cambio, en la Marea Baja o Bajamar no es tan segura, ya que la embarcación puede golpear rocas del fondo. Por otro lado, las Mareas Vivas se dan cuando se alinea el sol y la luna y son capaces de generar mareas más altas.

Las Mareas

El “ciclo de marea” es lo que comúnmente conocemos por mareas altas y bajas. Esto es cuando el mar entra a la playa y se retira un determinado número de veces, por ejemplo en Aysén se retira una vez al día y en la Región del Biobío, dos veces al día. ¿Cómo sucede esto? Esto ocurre debido a un fenómeno llamado “Fuerza Gravitacional”, la cual es la atracción que se genera entre todos los cuerpos que tienen masa (incluido nosotros mismos). Sin embargo, para poder sentir esta fuerza, los cuerpos que interactúan deben ser muy grandes y tener mucha masa: como la tierra, la luna, el sol, la atmósfera y el OCÉANO. La masa del océano es tan grande, que no sólo siente la atracción de la Tierra, sino también se siente atraída por los astros y planetas de nuestro sistema solar, los cuales hacen que se mueva tratando de acercarse a ellos y los siga en su recorrido por su órbita. En particular, el agua del océano siente fuertemente la atracción de la Luna y el Sol. La Luna, porque es el cuerpo celeste más cercano y del Sol, porque su masa es muy grande. Nosotros, parados en la Tierra y rotando con ella, vemos el efecto de ello en las mareas altas y bajas.

Tsunami y Aysén

Un tsunami se puede generar por varias causas, por ejemplo: el impacto de la tierra en el agua, proveniente del deslizamiento de un cerro. El caso del terremoto y tsunami de Aysén, que ocurrió el 21 de abril de 2007 fue, justamente, el deslizamiento de rocas y cobertura de árboles desde un cerro empinado (debido a un sismo de 6, 1 grados Richter), que abruptamente golpeó la superficie del agua. Este Alud, generó olas de tsunami con rompientes de seis o siete metros. Tres de las masas más voluminosas fueron las que desencadenaron el destructivo tsunami, el cual causó la muerte de tres personas y la desaparición de otras siete, junto con importantes pérdidas en la industria salmonera de la región. La más voluminosa de las masas fue de aproximadamente 12 millones de metros cúbicos. En realidad, no es un caso “extraño”, sino más bien poco usual en el sur de nuestro país. Más aún, las olas de tsunami más altas registradas han sido por el efecto de un alud sobre el agua, y no por un terremoto con epicentro en el mar. En el caso de este tsunami, a pesar de ser originado por un deslizamiento de rocas, su origen primero fue tectónico: culpa del terremoto de Aysén de enero de 2007 y todas sus réplicas (7.000 aproximadamente), las cuales para el 21 de abril, fueron poco a poco resquebrajando la montaña que posteriormente colapsó.

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